La cúrcuma es uno de esos alimentos especiales que nos ha conquistado en los últimos años y que se merece sin duda alguna estar en el podium de los súperalimentos. Esta especia es una de las más estudiadas, pues tiene a sus espaldas la friolera de más de 7000 estudios científicos.
¿Qué hace que la cúrcuma sea tan interesante? Muchos de sus beneficios para la salud se atribuyen a sus principios activos, los curcuminoides. El más conocido y estudiado es la curcumina, que precisamente es el compuesto que le otorga ese color dorado-naranja característico.
Estos fitoquímicos le otorgan numerosas propiedades medicinales y en este artículo veremos algunas de las más importantes que harán que no dudes en incorporar esta preciada especia en tu dieta.
1. La cúrcuma es un potente antiinflamatorio natural
Uno de los muchos beneficios de la curcumina, demostrado en innumerables estudios clínicos, es su capacidad de mejorar los procesos inflamatorios. Por ello, ha demostrado ser muy útil y utilizada en caso de procesos inflamatorios crónicos.
Se ha demostrado que el efecto antiinflamatorio de la curcumina actúa a través de la regulación de factores de transcripción inflamatorios (como el factor nuclear kappaB), enzimas (ciclooxigenasa-2 y lipooxigenasa-5) y citoquinas (factor de necrosis tumoral e interleucinas 1 y 6).
¿Sabías que un 46% de las enfermedades “modernas” se deben a procesos inflamatorios crónicos, sistémicos y de bajo grado?
Algunas de estas enfermedades son:
- asma
- bronquitis
- alergias
- enfermedad de Chron
- síndrome del intestino irritable
- depresión
- trastornos neurodegenerativos
- pancreatitis
- artritis
- aterosclerosis
- esclerosis múltiple
- lupus
- acné
- psoriasis
- escleroderma
2. La cúrcuma mejora la función cognitiva y la memoria
Existen unas proteínas llamadas neurotrofinas o factores neurotróficos que parecen estar involucradas en diferentes enfermedades como la epilepsia, la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer y la depresión.
Estas neurotrofinas son capaces de unirse a receptores de las neuronas para estimular su supervivencia, crecimiento o diferenciación.
Se ha demostrado que uno de los factores de esta familia de proteínas -conocido como BDNF o factor neurotrófico derivado del cerebro – evitaba la muerte neuronal en primates y ratas, y también la disfunción cognitiva en los mismos animales de edad avanzada. El BDNF se considera, además, importante para la memoria a largo plazo.
¿Qué tiene que ver la cúrcuma en todo esto? Pues parece ser que la curcumina podría aumentar los niveles de BDNF que se encuentra anormalmente bajo en dichas enfermedades.
En varios ensayos clínicos controlados se vio una mejoría en la llamada “memoria de trabajo” (almacenamiento y manipulación temporal de la información para la realización de tareas cognitivas complejas) de hasta un 28% con respecto al grupo placebo, tras 18 meses tomando un suplemento de curcumina.
3. La cúrcuma reduce el daño muscular tras el ejercicio físico
Todos sabemos que el ejercicio físico es un factor clave para una buena salud, pero ¿sabías que cuando hacemos ejercicio intenso ocurren micro roturas a nivel del tejido muscular? Este fenómeno es especialmente acusado tras una competición o de entrenamientos muy exigentes.
Además de estas consecuencias de tipo mecánico también ocurre cierta alteración a nivel metabólico: aumentan algunos marcadores inflamatorios como la creatin quinasa, citocinas (factor de necrosis tumoral alfa) e interleucina 8. Estos efectos tienen un pico a las 48h tras el ejercicio intenso y luego van bajando hasta que la célula es reparada.
El problema surge cuando tienen lugar entrenamientos o competiciones repetidas en corto espacio de tiempo, dando lugar a un estrés muscular continuo, tanto a nivel estructural como metabólico, que terminará por disminuir el rendimiento deportivo.
Pues bien, según un estudio realizado en 2008, tomar cúrcuma desde dos días antes hasta dos días después del entrenamiento intensivo, reduce los niveles de CK, TNF- α e IL-8. Lo que se traduce en una recuperación muscular más rápida.
4. La cúrcuma nos protege frente al cáncer
La curcumina es muy probablemente el fitoquímico que tiene actualmente la mejor literatura basada en evidencia, demostrando sus acciones sobre el proceso de la carginogénesis (formación de tumores):
- Dificulta la metástasis, bloqueando las vías de penetración a los tejidos, reduce la angiogénesis (crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en los tumores) y promueve la apoptosis (suicidio) de las células tumorales sin afectar al tejido sano.
- Disminuye la inflamación peritumoral al inhibir el factor NF-kB, que es el que protege a las células tumorales frente a los mecanismos de nuestro sistema inmune para destruirlas.
- Y protege a las mucosas, hígado y riñones de los efectos secundarios de la quimioterapia.
Los ensayos clínicos controlados en pacientes con cáncer se encuentran todavía en fase I o II por lo que es pronto para sacar conclusiones, pero resulta interesante como un elemento más de prevención.
Nuestro hígado es el gran laboratorio del cuerpo: metaboliza alimentos para obtener energía, limpia las toxinas de la sangre y produce la bilis necesaria para los procesos digestivos.
Varios problemas pueden comprometer la función hepática, incluidos los virus como la hepatitis, el consumo crónico de alcohol, el estrés oxidativo, ciertos medicamentos y drogas, así como el cáncer. Sin embargo, la cúrcuma parece ejercer un efecto protector.
Se han realizado diferentes estudios en animales en los que el extracto de cúrcuma ha demostrado disminuir las lesiones hepáticas inducidas por hepatotoxinas como el etanol o el tetracloruro de carbono, entre otras. Además, ha demostrado cierta capacidad para revertir de manera parcial la cirrosis inducida por dichas toxinas.
Resumiendo, la cúrcuma actuaría por diferentes vías: ayudando en el proceso de detoxificación hepática, protegiendo los hepatocitos y estimulando su regeneración.
6. La cúrcuma previene la enfermedad cardiovascular
La enfermedad cardiovascular es una de las principales causas de muerte en adultos y depende de varios factores de riesgo como el exceso de colesterol LDL, una presión arterial alta, obesidad y vasos sanguíneos disfuncionales o dañados. La cúrcuma puede contribuir a disminuir varios de estos detonantes.
La curcumina incrementa una enzima hepática, la colesterol-7α-hidroxilasa, que aumenta el calabolismo del colesterol, movilizándolo desde los tejidos periféricos hacia el hígado y favoreciendo su excreción por vía biliar.
Por otro lado, la cúrcuma posee una gran capacidad para prevenir la peroxidación lipídica, estabilizar las membranas celulares, inhibir la proliferación de células del músculo liso de los vasos sanguíneos y también para inhibir la agregación plaquetaria, todos ellos componentes implicados en el desarrollo de la aterosclerosis.
7. La cúrcuma contribuye a una buena digestión
La cúrcuma es muy valiosa por la influencia que ejerce sobre el sistema digestivo y ha sido usada durante siglos tanto en la Medicina Ayurvédica como en la Medicina Tradicional China.
Se puede incorporar a los alimentos, incluidos los platos de vegetales, arroz y legumbres, para mejorar la digestión y reducir los gases y la hinchazón. O también tomarla en infusión o batido. ¿Has probado ya la famosa “leche dorada” o cúrcuma chai latte?
También nos ayuda a digerir las grasas, gracias a sus propiedades colagogas. Esto significa que estimula al hígado para fabricar bilis que se encargará de emulsionar las grasas en el intestino.
Por sus propiedades antiinflamatorias y regeneradoras, la cúrcuma disminuye la congestión y la inflamación de las membranas mucosas de todo el tracto gastrointestinal, pudiendo beneficiarse de ello las personas con: enfermedad inflamatoria intestinal o síndrome de Intestino Irritable entre otras.
Por todo lo expuesto, parece ser una muy buena idea introducir a la cúrcuma como especia en nuestras preparaciones diarias.
Recuerda que para incrementar su absorción es importante que la combines con una pequeña cantidad de pimienta negra y a ser posible algún aceite o grasa de calidad en la misma ingesta.
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